El cuerpo humano responde a las situaciones estresantes activando el sistema nervioso y ciertas hormonas.
El hipotálamo envía señales a
las glándulas adrenales para que produzcan más
adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al torrente circulatorio, estas
hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la
presión arterial y el metabolismo, los vasos sanguíneos se ensanchan para
permitir una mayor circulación sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en
alerta así las pupilas se dilatan para mejorar la visión, el hígado libera parte
de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo y el cuerpo
produce sudor para refrescarse.
Todos estos cambios físicos preparan a la
persona para reaccionar rápidamente y eficazmente cuando siente tensión
emocional, esta reacción se conoce como respuesta al estrés. Cuando funciona como es debido,
esta reacción es la mejor forma para que la persona funcione bajo presión. Pero
la respuesta al estrés también puede causar problemas cuando es extrema.
¿Qué causa una sobrecarga de estrés?
Aunque una suficiente cantidad de
estrés puede ser buena, una sobrecarga es algo aparte, nadie se beneficia por
demasiado estrés.
Las presiones que son extremadamente
intensas, que perduran por mucho tiempo, o los problemas que hay que afrontar
sin ayuda, pueden ocasionar una sobrecarga de estrés.
A continuación
mencionamos varias situaciones que pueden ser agobiantes si continúan por largo
tiempo:
· Ser víctima de intimidación o estar
expuesto a violencia o lesiones físicas
· Relaciones tensas, conflictos
familiares, la tristeza ocasionada por un corazón quebrantado, o el
fallecimiento de un ser querido
· Problemas contínuos en la escuela
ocasionados por un problema de aprendizaje o cualquier otro problema como
(ADHD) - trastorno de falta de atención por hiperactividad, el cual deja de
causar estrés una vez que se reconoce y se trata con el apoyo adecuado.
· Estar siempre apurado, no tener tiempo
para descansar y relajarse, y estar siempre en movimiento
Algunas veces el estrés es extremo y
necesita atención especial. El trastorno de estrés post-traumático es una
reacción muy fuerte que puede producirse en personas que han pasado por una
situación extremadamente traumática, como un accidente automovilístico grave,
un desastre natural como un terremoto, o una agresión como la violación sexual.
Señales de sobrecarga de estrés:
Las personas que están pasando por una
sobrecarga de estrés muestran algunos de los siguientes síntomas:
· Ansiedad o ataques de pánico
· Constante presión, confusión y
apresuramiento
· Irritabilidad y melancolía
· Síntomas físicos: problemas
estomacales, dolores de cabeza y dolores de pecho
· Reacciones alérgicas: eczema y asma
· Problemas del sueño
· Beber en exceso, comer en exceso, fumar
o usar drogas
· Tristeza o depresión
Todas las personas sienten el estrés de
una manera diferente. Algunas personas se enfadan, comportándose de manera poco
apropiada y desquitándose con los demás. Otras personas lo esconden y comienzan
a padecer de problemas alimentarios o abuso de sustancias ilegales. Las
personas que padecen de una enfermedad crónica también notan que los síntomas
de su enfermedad se acrecientan cuando tienen una sobrecarga de estrés.
Mantén el estrés bajo control
¿Qué puedes hacer para manejar la
sobrecarga de estrés, o mejor aún, eliminarla? El mejor método para hacerle
frente al estrés es aprender a manejar el estrés que acompaña cualquier reto;
ya sea bueno o malo. El arte de manejar el estrés se va perfeccionando si se
usa con regularidad, no solamente cuando se está bajo presión. Saber cómo
eliminar el estrés y hacerlo durante situaciones calmadas puede ayudarte a
pasar por circunstancias difíciles que puedan surgir. A continuación
mencionamos varias sugerencias que ayudan a controlar el estrés:
· No
te sobrecargues con actividades. Si
te sientes tenso, piensa en eliminar una o dos actividades, optando por
mantener las más importantes.
· Se
realista. No trates de ser perfecto - nadie
lo es. Esperar perfección de los demás aumenta el nivel de tu estrés (sin
mencionar la presión que ejerce sobre los demás). Si necesitas ayuda con algo,
como el trabajo escolar, pídela.
· Duerme
bien. Cuando se duerme la cantidad de
horas necesarias, el cuerpo y la mente se mantienen en buen estado, pudiendo
manejar cualquier situación negativa que cause estrés. Debido a que el
"reloj del sueño" biológico cambia durante la adolescencia, muchos
adolescentes prefieren acostarse más tarde en la noche y dormir más tarde en la
mañana. Pero si te acuestas tarde y tienes que levantarte temprano para ir a la
escuela, no dormirás la cantidad de horas necesarias.
· Aprende
a relajarte. El antídoto natural del cuerpo
para el estrés se llama respuesta de relajamiento. Es lo opuesto al estrés y
crea una sensación de calma y bienestar. Los beneficios químicos de la
respuesta de relajamiento pueden activarse simplemente relajándote. Puedes
provocar la respuesta de relajamiento si aprendes unos simples ejercicios de
respiración y los usas cuando estés en una situación que te cause estrés. (Haz
"click" en el botón para aprender sobre una). Asegúrate de mantenerte
relajado y de tomar tiempo para disfrutar de actividades que te calmen y sean
placenteras: leer un buen libro, tomar tiempo para disfrutar de tu pasatiempo
favorito, jugar con tu animalito preferido, o darte un baño relajante.
· Cuida
tu cuerpo. Los expertos están de acuerdo en
que ejercitarse con regularidad ayuda a las personas a manejar el estrés. (El
ejercicio excesivo o compulsivo puede contribuír al estrés, por lo tanto, debe
hacerse con moderación) Aliméntate bien para que tu cuerpo funcione de la mejor
forma posible. Cuando sientes estrés, es fácil comer apresuradamente y comer
comidas rápidas o que no son nutritivas. Cuando tienes estrés, tu cuerpo
necesita más vitaminas y minerales que nunca. Algunas personas usan drogas para
escapar de la tensión emocional. Aunque parezca que el alcohol y las drogas
alivian la tensión emocional momentáneamente, la realidad es que depender de
ellos causa más estrés porque afecta la habilidad natural del cuerpo para
recuperarse.
· Cuida
tus pensamientos. Tus perspectivas, actitud y
pensamientos influyen mucho en la manera en que percibes las situaciones. ¿Está
tu copa medio llena o medio vacía? Una buena dosis de optimismo te ayudará a
salir adelante en situaciones difíciles. Aunque no tengas práctica o seas algo
pesimista, todos podemos aprender a pensar con más optimismo y disfrutar de los
beneficios.
· Resuelve
los problemas sencillos. Aprender
a resolver los problemas cotidianos te hace sentir en control. Evitarlos puede
hacerte sentir que tienes poco control de la situación, causándote todavía más
estrés. Aprende a evaluar la situación con calma, a pensar en las opciones que
tienes, y a tomar los pasos necesarios para resolver el problema. Cuando te
sientes capaz de resolver problemas pequeños, tendrás la confianza necesaria
para resolver problemas más complejos - lo cual te ayudará en situaciones que te
causen mucho estrés.
Aumenta tu resistencia
¿Has notado que ciertas personas
parecen adaptarse a las circunstancias difíciles sin alterarse? Se mantienen
serenos bajo presión y pueden resolver los problemas según van surgiendo. Los
investigadores han identificado las cualidades que hacen que ciertas personas
posean una resistencia natural aun cuando se enfrentan a circunstancias que
producen mucho estrés. Si deseas aumentar tu resistencia, trata de adquirir
estas actitudes y comportamientos:
· Piensa en los cambios como retos
normales en tu vida.
· Reconoce las demoras y las derrotas
como un problema momentáneo que puedes resolver.
· Piensa que tendrás éxito si continúas
avanzando hacia tu meta.
· Resuelve los problemas cuando surjan
· Establece relaciones firmes y cumple
con tus compromisos con tu familia y amistades.
· Consigue un buen sistema de apoyo y
pide ayuda.
· Participa en actividades para relajarte
y divertirte con regularidad
Aprende a pensar que los retos son
oportunidades y las situaciones difíciles no son desastres, sino problemas
momentáneos. Resuelve los problemas y pide ayuda y consejos de otras personas,
en vez de quejarte y permitir que se te acumule el estrés. Fija tus propias
metas y mantente al tanto de tu progreso. Toma tiempo para relajarte. Sé optimista.
Cree en ti mismo. Respira. Permite que un poquito de estrés te motive a tomar
una acción positiva que te ayude a alcanzar tus metas.
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